domingo, 1 de enero de 2012

¿Quiénes somos?



Modo de asomar la nariz: Esto de presentarse tiene sus complejidades, por más que el que lo haga sea casi un escritor, con solo tres libros de cuentos publicados y sus respectivas cuotas de egolatría provinciana y exhibicionismo. Comentar mis caóticas lecturas, donde predominan obras y no autores, nada peculiar revelará. Habrá montones de personas en el mundo fascinadas con títulos como Gargantúa y Pantagruel, El club Pickwick, La muerte del león, El perseguidor, Cuentos Orientales, El reino de este mundo, Crónica de una muerte anunciada, La vida breve, La ciudad y los perros, El barril mágico, La conjura de los necios, Sostiene Pereira, Seda, o 2666. Hoy puedo irme a la calle con ganas de besar a todo el mundo, de recoger perros callejeros, de perdonar al señor Desafinao (vecino pared con pared, quien se la pasa sacrificando uno tras otro sin importarle semejante exterminio en masa, los mejores boleros escritos por estas tierras). Y mañana, repentino e inexplicable, quisiera salir a matar bribones, pancistas y farsantes. Lo mejor, creo, es que las verdades nunca son absolutas ni las razones irrefutables. Mi alma, que no tiende a ensuciarse como mi mente, me mantiene, digamos, a salvo, y ese proceso de salvación recae en dos espacios misteriosos, que por mucho que uno los haya visitado antes, siempre nos imponen nuevos retos y revelan no pocas angustias y emociones: la página en blanco y un cuerpo de mujer.          
 Obdulio Fenelo Noda

Retrato del que no soy: Dicen que en el ciberespacio uno puede construirse la imagen deseada; entonces este retrato pudiera comenzar así: “Mi infancia son recuerdos de un patio de Sevilla/ y un huerto claro donde madura el limonero…” Allí pudiera estar mi patria ideal de la poesía, y desde allí podríamos marcar el inicio de lo inefable (también de allá vinieron mis abuelos). Porque como podrán ya suponer, mi participación en esta página compartida tendrá ese derrotero, y cualquier otro que el paso de los días vaya marcando… pues qué es la poesía sino la agregación de las totalidades. A pesar de esto, asumo que “la poesía no es el sitio de mi salvación”. Mis días transcurren entre el difícil arte de ser sostenimiento familiar (padres, esposa y tres hijos), y el todavía más difícil de hacer caminos a la cultura. Soy hombre de fe (católica), no muy militante por ser palabra abigarrada y escabrosa, pero tampoco de evidente heterodoxia, aunque para justificarla vuelva al poeta: “Converso con el hombre que siempre va conmigo/ ⎼quien habla solo espera hablar a Dios un día⎼/ mi soliloquio es plática con este buen amigo/ que me enseñó el secreto de la filantropía”. La información menoscabada quizá sea más significativa, pero no necesariamente más verdadera. 
Osvaldo Gallardo González

Los polizones:
Luis Omar Álvarez Díaz, LOA, es un humorista empedernido que se gana la vida haciendo diseños de libros, carteles, sueltos y lo que aparezca. Es culpable, sobre todo, de la amistad de los navegantes. En este blog la imagen es cosa suya, y de cualquier error gráfico muy evidente será el responsable.

Janet María Hernández Adán se ocupa de nuestro archivo y la búsqueda de información, ella es quien mejor flota en el agua, por eso le dimos esa tarea, casi tan ardua como ser esposa y madre de tres hijos. Uno de los navegantes es el culpable. Cualquier mensajería dirigirla a ella, aunque en este blog solo funciona la autocensura de los implicados, le toca discernir qué deberá ser “analizado”.

1 comentario:

  1. Saludos a todos especialmente al mulatón de Florida, de quien aunque el no lo crea siempre recuerdo.
    Un abrazo de "Minerva, la de la calle Honda"

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